Esta tónica, está fabricada por el procedimiento tradicional, con agua de manantial de la Patagonia, quinina recogida a mano en el Camino del Inca, cuyo origen está a 1724 metros sobre el nivel del mar, y de ahí el nombre de esta tónica. Entre los cítricos que la componen, tiene una especial incidencia la mandarina.
Es una tónica, de burbuja mediana, olfato con notas cítricas y de yuzu, y en la boca presenta buen equilibrio entre el amargor de la quinina y la dulzura, siendo muy muy refrescante y con final de cítricos y cereza madura.
Está fabricada en Argentina, y se presenta en una botella clásica de 20 cl.